Trump, Zelenski y la ruptura de la diplomacia y la comunicación política

Por Juan Larrosa, 3 de marzo de 2025

El texto de hoy va sobre lo ocurrido el viernes pasado en la Casa Blanca, durante la visita del presidente ucraniano, Volodymyr Zelenski, a Donald Trump. Una escena inusual e inaudita que marca un cambio en la diplomacia y en la comunicación política.

Luego de varias negociaciones, Estados Unidos propuso un acuerdo a Ucrania que, aunque injusto y desequilibrado, se presentó como una vía para alcanzar la paz en Europa. La condición era que Ucrania permitiera a Estados Unidos explotar minerales raros en su territorio. Sin muchas opciones, Zelenski viajó a Washington para firmar el acuerdo.

Lo que siguió rompió con todos los protocolos diplomáticos. En una reunión en el Despacho Oval, donde estaban presentes Trump, el vicepresidente J.D. Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y varios periodistas, la conversación comenzó en tono formal, pero rápidamente se degradó. Trump y Vance exigieron a Zelenski mayor gratitud hacia Estados Unidos y le reprocharon su reticencia a firmar el acuerdo. Le dejaron claro que no tenía margen de negociación y que debía aceptar las condiciones impuestas. “No tienes cartas para jugar”, dijo Trump. “No estoy jugando a las cartas”, respondió Zelenzki.

El presidente ucraniano, visiblemente molesto, insistió en la necesidad de garantías de seguridad para evitar una nueva invasión rusa y en la importancia de una negociación justa. Trump, sin mostrar apertura al diálogo, terminó la reunión abruptamente, no sin antes decir que la escena se convertiría en un gran material para la televisión. Funcionarios estadounidenses pidieron a Zelenski que abandonara la Casa Blanca, tras lo cual el mandatario ucraniano viajó al Reino Unido para buscar apoyo en un nuevo acuerdo de paz con Francia y otras potencias europeas.

Este episodio es un claro ejemplo de cómo las arenas políticas, en términos de Gosselin, funcionan como espacios simbólicos donde se despliegan las estrategias de los actores políticos. En estas arenas, los líderes no solo se enfrentan para obtener resultados concretos, sino que también buscan imponerse en el ámbito de la percepción pública. En este caso, Trump utilizó la escena mediática para presionar a Zelenski y para enviar un mensaje de fuerza a sus aliados y adversarios en el escenario internacional.

Lo que normalmente ocurre en diplomacia es que, incluso cuando se negocian acuerdos injustos y violentos, los equipos de ambos países trabajan en privado, evitando que las tensiones salgan a la luz. Las reuniones previas sirven para definir términos y evitar confrontaciones públicas. Sin embargo, Trump rompió con este protocolo. Frente a medios nacionales e internacionales, escaló la discusión, añadió nuevas exigencias y humilló a Zelenski, convirtiendo una negociación privada en un espectáculo mediático.

Más allá del impacto en la imagen del presidente ucraniano, lo ocurrido en la Casa Blanca deja un mensaje claro: Estados Unidos podría estar redefiniendo su política exterior. En lugar de respaldar incondicionalmente a sus aliados europeos, parece estar explorando una postura más ambigua frente a Rusia.

Las consecuencias de este cambio aún están por verse. Sin embargo, lo que es evidente es que la diplomacia, tal como la conocíamos, ha sido alterada por esta nueva forma de comunicación política basada en la confrontación abierta y el uso de la escena pública como campo de batalla.

Mientras tanto, seguimos en el mundo de la política del caos, la abundancia publicitaria y la ideología de los “techno-bros”.

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