Por Juan S. Larrosa-Fuentes (9 de diciembre de 2024)
Hoy quiero comenzar una serie de tres entregas en las que haré una evaluación del sexenio de Enrique Alfaro en materia de comunicación.
La comunicación fue un elemento central del gobierno de Alfaro, no solo durante su gubernatura, sino también en sus periodos como alcalde de Guadalajara, Tlajomulco, e incluso desde su etapa como legislador. A lo largo de su trayectoria, se observa una transformación significativa en la relación con los medios y un cambio hacia la comunicación digital mediante diversas plataformas, algo que se acentuó en su mandato como gobernador.
Un aspecto destacado de su gobierno fue la redistribución de los recursos públicos destinados a la comunicación. El dinero que antes se dirigía a medios tradicionales como periódicos, radio y televisión —mediante publicidad oficial u otras relaciones comerciales— fue canalizado hacia tres empresas privadas: EuZen, La Covacha e Indatcom. Estas empresas gestionaron gran parte de la comunicación de su gobierno, diseñando estrategias y productos informativos y propagandísticos y distribuyéndolos principalmente a través de empresas trasnacionales de comunicación digital como Meta, Alphabet y X.
Este cambio tuvo un impacto significativo en la economía política de la comunicación local. En primer lugar, implicó una externalización de funciones que debilitó las oficinas de comunicación del gobierno estatal. Lo que antes se hacía internamente pasó a manos de estas consultoras privadas, otorgándoles mayor libertad para contratar proveedores y diseñar estrategias, pero también generando mayor opacidad sobre el uso de los recursos públicos.
En segundo lugar, este traslado de poder económico hacia consultoras privadas transformó la dinámica del sistema mediático local. Los recursos dejaron de fluir hacia medios tradicionales como Televisa, TV Azteca, El Informador y Mural, lo que debilitó económicamente al periodismo. Esto provocó la emergencia de otro frente en el proceso de pauperización del sistema de medios, afectando la producción de contenidos informativos de empresas locales.
En tercer lugar, esta dinámica hizo que EuZen, La Covacha e Indatcom se convirtieron en poderosos actores políticos. Estas empresas —que inicialmente trabajaron para Alfaro— comenzaron a ser contratadas por otros gobiernos estatales y municipales, e incluso participaron en estrategias de comunicación política a nivel federal. Tan influyentes llegaron a ser que, al final de su mandato, el propio Alfaro las criticó, en una entrevista para el diario El País en donde declaró que, y cito: “Los grupos que manejan la comunicación de Movimiento Ciudadano, secuestraron la vida interna en el partido”.
En resumen, Enrique Alfaro optó por externalizar los servicios de comunicación pública, privilegiando plataformas digitales y debilitando las relaciones políticas y económicas con los medios de comunicación locales. Esto transformó la economía política de la comunicación en Jalisco, dejando tanto beneficios como desafíos que abordaré en los próximos comentarios.
Este texto fue leído originalmente en el noticiario de NTR Radio transmitido el 9 de diciembre de 2024 y conducido por el periodista Sergio René de Dios Corona.